La primera broma de la vida es tener algo serio,
la corteza de un árbol como presente en el parque.
(...)
Y si no puedo estar contigo pues con nadie,
quien me va a decir que tú no me mereces,
y si no quieren que te quiera que se aparten,
soy mayorcito como para elegir lo que conviene.
Deja que te agarre y te agarre,
y si te falto solo mira las estrellas,
porque yo te quiero,
ellas te indicaran el camino que debes seguir
(...)
Cada fin de semana se ven y se despiden,
cariño llámame y hablamos desde la cama,
juntar las dos en una es lo que el cuerpo les pide,
entonces surgen las dudas de la primera vez,
“¿Será mi chico perfecto, solo me querrá para eso?
¿Me amará de verdad o solo me utilizará?”
“¿Será mi chica perfecta, seré solo un pasatiempos?
¿Puedo contar con ella o será como las demás?”
La inocencia del principio se va dejando de lado,
pero aún quedan por cerrar un par de cuestiones,
la duda de decir “¿estaremos preparados?”
y la vergüenza de comprar el primer par de condones,
después no hay tregua, que más da lo que digan,
la enemiga del placer aquí se llama la regla,
si fallan las ganas de follar por la fatiga,
un par de besos tontos en el cuello y todo se arregla.
la corteza de un árbol como presente en el parque.
(...)
Y si no puedo estar contigo pues con nadie,
quien me va a decir que tú no me mereces,
y si no quieren que te quiera que se aparten,
soy mayorcito como para elegir lo que conviene.
Deja que te agarre y te agarre,
y si te falto solo mira las estrellas,
porque yo te quiero,
ellas te indicaran el camino que debes seguir
(...)
Cada fin de semana se ven y se despiden,
cariño llámame y hablamos desde la cama,
juntar las dos en una es lo que el cuerpo les pide,
entonces surgen las dudas de la primera vez,
“¿Será mi chico perfecto, solo me querrá para eso?
¿Me amará de verdad o solo me utilizará?”
“¿Será mi chica perfecta, seré solo un pasatiempos?
¿Puedo contar con ella o será como las demás?”
La inocencia del principio se va dejando de lado,
pero aún quedan por cerrar un par de cuestiones,
la duda de decir “¿estaremos preparados?”
y la vergüenza de comprar el primer par de condones,
después no hay tregua, que más da lo que digan,
la enemiga del placer aquí se llama la regla,
si fallan las ganas de follar por la fatiga,
un par de besos tontos en el cuello y todo se arregla.
me encanta :)
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