jueves, 21 de enero de 2010

Un dia normal en mi vida especial

Me despierto, nada mas abrir un ojo, miro el móvil por si tengo algo tuyo. Es decir, ya esty pensando en ti.

Me levanto, cojo la ropa y me meto en el baño. Me miro al espejo con la cara de buenos días (que siempre me asusto). Me quito el pijama, y por supuesto la estrella. Vuelves a estar presente. Pongo la toalla encima de la mampara del plato de ducha d mi cuarto de baño, y me meto en la duxa con un frío penetrante en mis huesos. Abro el grifo y comienza a salir agua.Me aparto hasta que no sale casi ardiendo. Un rato dentro. Se me hace tarse, siempre. Cojo la toalla, me lío en ella hasta estar más o menos seca. Abro la duxa, salgo y me siento en el báter mientras me miro al espejo y hago dibujitos con el vaho como una niña pequeña. Me pongo la estrella (que apenas está fría) y me visto. Me lavo los dientes y me peino. Voy hacia la sala, enciendo el ordenador y me vy a mi cuarto a hacer la mochila con el horario delante, puesto que no me lo se todavía. Vuelvo a la sala y me siento delante del ordenador dispuesta a enviarte un privado de buenos dias a la vez que mi madre me dice “elena vamos, que quedan 5 minutos”, asique follada, me meto en el tuenti, leo lo que me hayas puesto a toda prisa, la mitad de las veces sin ni siquiera entenderlo, te doy los buenos días y cumplo con mi deber.=)

Bajamos a la cochera, cogemos el coche y rumbo al colegio. Por el camino recogemos a Carmen, una niña de primero que es amiga mía y nos la subimos siempre. Llegamos, subimos la cuesta de entrada, que a las 8 y media parece el pico mulhacén, pero esque aún nos quedan las escaleras, esos 32 escalones mortales, que yo no se qué parecen pero que una acaba reventada al subirlos. Ya arriba, me despido de Carmen, que se queda en la primera puerta, yo sigo la galería adelante y llego a la segunda y penúltima. Entro y dejo mi mochila encima de mi mesa, que está en la penúltima fila. Me voy de mi clase y entro en la última del pasillo para darle un beso de buenos días a María y contarle un adelanto de mi tarde anterior, que le contaré detenidamente en el recreo. Toca el timbre, me vy a mi clase, donde me encuentro con caxita, mi otra mejor amiga, que me dice “Velarde, me acompañas a beber agua porfi?” y nada, a bajar otra vez las escaleras, vamos a la fuente, bebe y nos subimos de nuevo. Entramos a la clase por los pelos, justo en cuanto el profesor ha entrado. Nos sentamos en nuestros respectivos sitios, una al lado de la otra, así llevamos desde párbulos, con tres añitos, y nadie nos ha separado. Saco el libro de la mochila, la bajo al suelo, y empieza el día. Durante la primera hora le cuento a Caxita mi tarde, y ella a mí la suya mientras el profesor nos dice que nos callemos. 9:30, primera hora cabada, por fin, 5 minutos de descanso.. Llega el siguiente profesor, segunda hora...un poco más insoportable, pero llevadero si te doy toques.

10:30, tercera hora, el hambre asoma por todos lados, saco ya mi zumo para el recreo y a esperar mientras alguien hace algunas de las suyas para conseguir hacer esa hora un poquito más llevadera. por fin, las 11:30, hora del recreo. Bajamos al patio, y antes de que cualquier profesor se disponga a vigilar el patio, nos metemos unas cuantas en un baño con nuestro piti de media mañana. Salimos y nos vamos con los demás al poyete, y allí sentadas, entre risas e historias, se nos pasa la media hora como si fuesen 10 minutos. Las 12, ootra vez a subir las escaleritas, y a la clase..una hora...otra hora...por fin, última hora...ya a las 3 menos 5 todo recogido, esperando a que el profesor diga, “venga, vamonos!” y salir escopeteado de esa especie de cárcel de la cual estamos hartos ya. Ahora, a la salida, todo lleno de coches para recoger a sus hijos, y de gente en moto dando vueltas y llendose. Entre todo ese barullo yo tngo que encontrar a mi madre o a mi padre, un coche pequeñito rojo, o uno enorme gris, mientras cualquier amiga me pregunta que si se puede bajar cnmigo, y la dejo por el camino.

Por fin lo encuentro, me monto y de vuelta a casa con la típica pregunta de “¿cómo te ha ido el dia hija?”. En 10 minutos llegamos a casa. Las 3 y media. Llego y enciendo el ordenador, que se toma su tiempo. Entro en mi cuarto, dejo la mochila encima de la cama y me quito el abrigo. Voy a la cocina y cojo las cosas para la mesa, la pongo y me siento en el ordenador 5 minutitos hasta que deciden comer, me da tiempo a abrir el tuenti y a leer tu mensaje de contestación al mío de buenos días.

Comemos. Nada más terminar, me vuelvo a sentar en el ordenador, y echo un ratito por fin contigo, o sino, escribiéndote algo sin importancia mientras mis padres duermen. A las 4 y media me despido de ti, bajo a mi perra un ratito y me voy. Llego, saludo a Isa, y me vy para el despacho a “estudiar”. De 5 a 5:30 llego, me coloco, saco los libros, tonteo, te doy un toque y me propongo hacer algo. Casi nunca me apetece, ya que me lo paso mejor pensándote, escribiéndote, imaginándote, soñándote, sintiéndote..pero cuando me doy cuenta ya son las 7, mi hora de descansito. Me vy de charla con Isa hasta las 7:30, que vuelvo a las andadas contigo. Por fin llegan las 9 menos 10 y puedo irme. Saco mi bici con toda la dificultad del mundo, me despido, y me voy. 10 minutos y llego a mi casa. Dejo la mochila encima de la cama, como siempre, te doy un toque para que sepas que he llegado, y me siento en el ordenador a esperar a que llegues.

Hablo contigo mientras veo la tele, ceno y me entra el sueño. Ese es el mejor momento del día, en el que paso un ratito contigo.

Llega la hora de despedirnos e irse a la camita. Un buenas noches, y a la cama, a esperar otro día que comience con una mirada al móvil por si tengo algo tuyo.

1 comentario:

  1. mmm...me encantan esos días, días normales tintados de algo tan especial que no sabes como describir, días en los que sin motivo alguno sonrío y sonrío y sonrío...porque tu estás conmigo, aquí o allí, pero conmigo.

    Ven ya.

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